Ese Hombre

Hace rato intento no darle la importancia que tiene, ni dejarlo ocupar ese lugar en mi vida.
Lo intento terriblemente.
Intento olvidarme de su cara, de sus ojos, de su pelo.
Me digo una y otra vez que es parte de mi pasado, que ya no tiene q tener lugar en mi mente.
Lo intento. Pero no lo logro.
Durante unos meses hice como que había desaparecido para siempre. Pero volví a caer en la tentación. Y como el que busca siempre encuentra, esta no fue la excepción.
Hace apenas unas semanas supe como seguía su historia. Hace apenas unas semanas David volvió tras esos fuertes y gruesos barrotes de hierro. A esa jaula. A ese lugar, que nunca debería haber dejado.
Un año atrás me pregunté, y pregunté…¿será justicia?
Puede que él esté en el lugar que corresponde.
¿Es eso justicia?
Él sigue estando tan presente en mi vida como el primer día
¿Es eso Justicia?
Hoy, él también forma parte – seguro que sin saberlo – de la vida de otro u otra.
¿Es eso justicia?
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Hace apenas unas semanas supe, que él en realidad, nunca cambió, que sigue siendo el mismo hombre de siempre.
Y sin embargo, yo soy una mujer realmente diferente. Y seguramente ahora, hay un alguien más que es muy diferente.
Hoy, 8 años después, vuelvo a preguntarme lo mismo
¿Será Justicia?

Una estrella

Niñas… Adolescentes… Mujeres…
La calle Pringles, fiel testigo de nuestras andanzas.
Primero fue la mancha. Y también las escondidas.
La leche de la tarde. Preparada por las manos de las nonitas.
La tuya. La mía. “Nuestros clones”
Para después pasar al mate…
A la mañana, a la tarde, a la noche…
Tus quince. Mis quince.
Mar del Plata. Y un sueño de ángeles.
Las primeras “minis”. Y los primeros rubores.
Las noches de matinee en Flight y Dimensión.
Las trasnoches en City Hall, Rivera Este y Puente Mitre.
Y los cinco minutos de siesta, antes de salir.
Las inolvidables noches de Ayelén.
Y las entrañables tardes al borde de la pile.
Las basteras de Rosi y el tiramisú de Mari.
Tu hermana. Mi hermana.
Y el fastidio de ellas por nuestras fotos en todas las cámaras.
Mi hermanita. Tu Hermanito.
Y nuestras carcajadas ante sus peleas.
Los mismos de siempre: las primas y los primos.
Los primeros amores. Y los primeros desengaños.
La guitarra y los cantos.
Gaviota…
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Responsable. Consecuente. Constante.
Tranquila. Calma. Vivaz.
Frágil. Fuerte. Guerrera.
Una prima. Una amiga. Una hermana.
Una estrella… La que siempre brillará.








Vos

Te veo. Te busco. Te encuentro.
Te espero…
Te acaricio. Te abrazo. Te mimo.
Te espero…
Te cuido. Te ayudo. Te acompaño.
Te espero…
Te armo. Te desarmo. Te vuelvo armar.
Te espero…
Te alejo. Te acerco.
Te confundo. Te ilumino.
Te miro. Te suspiro.
Te contemplo. Te sonrio.
Te quiero…
Me estremezco. Me sonrojo.
Me derrito.
Me armo. Me desarmo. Me vuelvo a armar.
Me despido…


El que quiere oir que oiga

Año 1992
Jorge Abel Domingo Córdova, atropellado en el acceso oeste mientras andaba en bicicleta. Impune
  
Año 2003
María Concepción Marino de De Maio, asesinada en la puerta de su domicilio en la calle Pringles en Caseros el 7 de noviembre a las 2 de la tarde. Culpable 1: David Ruiz Díaz, le dieron libertad  condicional en octubre de 2010 por buena conducta. Culpable 2: prófugo.

Año 2004
Florencia De Maio, Antonio De Maio y Pedro De Maio, asaltados con varias armas de fuego en la puerta del domicilio de la calle Pringles en enero de 2004 a las 6 de la mañana. No hubo lesionados. Impune.

Año 2006
Familia Mayorano, asaltados a punta de pistola dentro de su propio domicilio en la calle Urquiza en Ramos Mejía en marzo de 2006. Lesiones leves. Impune.

Año 2010
Miguel Basile, asaltado a punta de pistola en Caseros en Diciembre, en la comunión de sus sobrinos. Sin lesiones. Impune
Cecilia De Maio, secuestrada en la puerta de su domicilio en Pastor Obligado en Haedo en diciembre. Liberada. Impune.

Año 2011
Pedro De Maio y Celeste Di Muzio, asaltados a punta de pistola en Caseros. Sin lesiones. Impune.
Tatiana, asaltada dentro de su domicilio en Ramos Mejía. Golpeada. Impune.
Domingo Chimera, asaltado y asesinado en la puerta de su casa en Ramos Mejía. Impune.
Martín Chimera, asaltado y baleado en la puerta de su casa en Ramos Mejía. Lucha por su vida. Impune.

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Apellidos y nombres familiares. Y todos esos nombres tienen una cara conocida.
Cada vez más cercanos.
Ya no lo vemos en la tele.
“Nos” vemos en la tele, en el diario. Somos noticia.
 
Sé que la lista tiene muchos más integrantes. Pueden completarla si quieren.

Si quieren pueden oir y no hacer nada.
Si quieren pueden oir y hacer algo.

Si quieren, pueden seguir como hasta ahora. Sin si quiera oir.
en ese caso...

Quién sigue?
Ahora a quién le toca?

Ella

Siempre arreglada. Perfumada. Sus Aros. Elegante…
Comprensiva. Y a veces no tanto.
Gritona. Mandona… Tranquila y llena de paz.
Extremadamente Leal. Compañera.
Conservadora. Fiel a sus ideales.
Compasiva…
Pocos besos. Pocos abrazos. Demasiado amor.
La comida casera a la orden del día. El olorcito en “su” cocina, hacía despertar todos los sentidos.
Complaciente…
Siempre una palabra de aliento. Y siempre una reprenda.
Aunque errada, siempre estuvo en lo correcto.
Vivaz. Vital.
Siempre lista para dar una mano.
Ricos mates a altas horas de la madrugada, mientras me confundía en las páginas de algún libro de derecho.
Arremangada y con un martillo en la mano ante una escenografía a medio terminar.
Y en la primera fila, ante un escenario, testigo de los preparativos de una obra amateur.
Su mañana empezaba muy temprano y su noche terminaba muy tarde.
Y sin embargo el cansancio no era parte de su vida.
Abogada. Contadora. Médica
Cantante y bailarina.
Chef y modista.
Electricista. Plomera. Carpintera.
Una hija adorada.
Una esposa leal.
Una madre ejemplar.
Una mujer como pocas.
Un Ángel Guardián.




Esa delgada línea

Entre un hombre y una mujer no hay amistad posible. Hay amor, odio, pasión, pero no amistad. 
Oscar Wilde

Siempre es motivo de discusión. Millones de veces discutimos este tema. Y lo cierto, es que es incierto.
¿Se puede tener una relación con una persona del sexo opuesto sin poner el cuerpo?
¿O siempre terminamos cediendo a la tentación?
Y si cedemos ante la tentación, la amistad se termina?

¿Existe la amistad entre el hombre y la mujer?

Cuando uno hace esta pregunta inmediatamente viene la respuesta tajante: si o no.
Ahora, puede existir el ni?

En cada etapa de mi vida colecté varios amigos el sexo opuesto.
En un principio - totalmente naif - estaba convencidísima de que la amistad entre el hombre y la mujer existía. Sólo como amistad. Me parecía tan maravillosa como la amistad con una mujer.
Más adelante, las hormonas empezaron a revolucionarse, y ahí vino el no tajante: claro, cada amigo al que le daba un abrazo creía que ya tenía derecho a otra cosa..
Y más adelante aún, y ya contemporáneo a mi entrada en la adultez, empecé a descubrir que el ni puede ser una respuesta valedera. Y eso que los grises casi no existen para mí…
Hace unos años tuve mi primer experiencia de ni. Amigo de hacía años. Nunca lo había mirado desde otro lugar. Y de repente, por primera vez en años, nos encontramos los dos solterísimos. Y lo que resultaba normal para nosotros como amigos, parecía que ya no lo era. Y lo que resultaba normal para nosotros, de golpe dejó de serlo. Salvo por la cama, compartíamos el resto de nuestras vidas. De día, de noche. Con risas y con broncas. Siempre juntos. Todo juntos. Y de repente, nos dimos cuenta que él era hombre y yo mujer. Y ahí el dilema, si pasa algo, se pierde todo lo demás? La cama arruinaría la amistad? la haría desaparecer? Era amor de amigos? O era del otro amor?
Nos convencimos de que todo iba a tomar un rumbo extraño. Y ganó la duda, ante la posibilidad de perderlo todo. Porque es eso, con él, era todo. Con él es todo.
Un rato largo después, me encontré en la misma encrucijada. La diferencia acá, fue que no pensé, él no pensó. Y ese compartir amistoso diario nos llevó a la cama. Sin casi dudarlo, una noche como tantas otras, terminó en mi cuarto. Lo más raro es que no resultaba raro.
A la mañana siguiente, obvio que vino el ¡qué hicimos!, pero duro un par de horas nomás. Días después estábamos en el mismo lugar.
En ese primer momento, pensé que todo se había ido al demonio. Sin embargo, todo fue volviendo a lo que era antes. Si miro nuestra relación, soy consciente de que se modificó. No podemos hacer como que nunca pasó nada. Pero no fue para peor. Ganamos intimidad, profundidad, y complicidad. 

Hoy me encuentro en una situación similar. Otra vez.

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Si tengo en cuenta lo vivido, puedo asegurar que la amistad entre el hombre y la mujer existe. De hecho, más allá de todo, no he dejado ningún amigo en el camino por este motivo.
Pero soy realista. Y me doy cuenta que en diferentes momentos, y en diferentes situaciones,  en este tipo de relaciones alguno de los dos se planteó la naturaleza del “enganche”.

¿Existe la amistad entre el hombre y la mujer?
Creo que ni.

Según de qué lado se lo mire, en el caso de que se opte por la duda, puedo decir que esa amistad existe. Pero mirándola desde otra óptica, la duda sigue estando, entonces… es amistad?
Si optás por sacar la duda, podes darte cuenta que no sería el hombre que elegís como “el hombre” para toda la vida. Pero que querés que siga estando en tu vida, como amigo, y por qué no compartir una almohada alguna que otra vez. O no. Si empiezan a haber recelos cuando cada uno vuelva a su vida sentimental habitual, pregunto entonces… es amistad?
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La curiosidad. Esa sensación de compañerismo. La lealtad mutua. El dar desinteresado. La preocupación – y ocupación – constante por el otro. Fidelidad. Ese amor.
Es eso amistad? por qué si podemos tenerlo con gente del mismo sexo es tan complicado con el opuesto?
Y acaso, no buscamos todo eso en una pareja también?
Acaso, no buscamos que nuestra pareja, nuestro compañero, se transforme en nuestro amigo?
Por qué terminar la amistad entonces?
Si somos amigos, es porque algo nos atrae del otro. Intelecto, humor, carácter.
Puede que tengamos una atracción física por algún momento también, eso excluye inmediatamente la amistad?
No puede ser “un algo más” de las tantas cosas que compartimos en la relación?
El problema se presenta cuando uno empieza a desplegar su parte “posesiva”, y nosotros mismos somos los que elegimos dejar de ser amigos para transformarnos en eso otro, que ni siquiera sabemos que somos.
Si solo fue un momento físico, no es necesario que pasemos por esa fase.
Y si con el choque de cuerpos, dejamos simplemente salir los verdaderos sentimientos hacia la otra persona, amigo siempre fue, pero no “tan solo amigo”.
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¿Existe la amistad entre el hombre y la mujer?
Ser cuidadoso en definir nuestros sentimientos, y ser precavido con los sentimientos del otro.
Lo que es. Lo que debe ser.
Esa delgada línea.
Cruzarla y o no?
Un simple roce, una simple mirada, la misma sonrisa de siempre, pero distinta. 
Y no hay vuelta atrás.