Moving on

Durante mucho tiempo pensé que tenía que dejar el pasado donde estaba, es decir, en el pasado, atrás, para poder avanzar.
Dejar las cosas como estaban. Como habían quedado. Aun sabiendo que el “como habían quedado” no era el mejor modo, el preferido, o el que me alentaba a seguir.
Sí. Así lo hice. Empecé de nuevo. O al menos eso creí.
Y de golpe, no tan solo no estaban los que otros decidieron que no estén. Sino que ya no estaban los que yo, consciente o inconscientemente, decidí que tampoco estén.
Y estaba sola. Y yo, ya no era yo. Y yo, dejé de ser yo.
Empecé a transitar un nuevo camino, totalmente desconocido.
Anestesiada.
Sin pasado, no hay reproches. No hay culpas. No hay explicaciones.
Sin cariño, sin amor, no hay dolor.
Anestesiada.
Y empecé a andar. Y caminé. Y caminé.
Y como joystick, empecé a acomodar las piezas de un tetris en dificultad cien.
Cada cosa en su lugar. Cada persona en su lugar.
Cada sentimiento en su lugar… cada sentimiento sepultado en su lugar.
Anestesiada.
Claro, así no se sentía tan difícil… porque así no se sentía.
Y cuando cada pieza estuvo en su lugar, como corresponde, todo se derrumbó. Todo desapareció.
¿Por qué?
Porque yo no era parte del juego. Porque yo no estaba jugando. Porque yo simplemente estaba dirigiendo… el juego de los demás.
Y cuando cada pieza encontró la que en color le correspondía, desapareció.
Y cuando todo desapareció, solo quedó el vacío.
¿por qué?
Tantos porques sin respuesta alguna. Tantas dudas. Tanta incertidumbre.
Porque mi pasado, no tiene un presente.
Porque mi presente, no tiene un pasado.
Sin continuidad.
Dos personas. Una misma persona. Nadie.
Totalmente anestesiada.
Cerré los ojos. Y volé.
Y me encontré con lo que fui. Y me encontré con lo que hoy ya no soy.
La hija rebelde, caprichosa, tierna, dedicada.
La mujer sensible, pasional, totalmente enamorada.
La hermana compañera, la hermana cómplice.
La amiga fiel.
Y allá en lo alto, el sol pegó en mi cara.
Y sentí…
Y la anestesia empezó a ceder…
Y de a poco mi pasado, empezó a tener un presente.
Y de a poco mi presente, empezó a tener un pasado.
Hay reproches… porque hay recuerdos
Hay desilusión… porque hay esperanza.
Hay dolor... porque hay amor.

1 comentario:

  1. Hay tantas razones por las que sentir!!! Muy lindo Celi! Te quiero

    ResponderEliminar