Vulnerable

               
Triste. Enojada. Encabronada. Gritona.
Muchas veces nos sentimos así. Porque un agente exterior lo genera. Porque el ambiente lo causa. Porque la gente que nos rodea lo crea.
Y otras, porque nos ponemos en esa situación.
Porque dejamos que se metan en nuestras vidas. Porque permitimos que se metan en nuestra mente. Nos mezclan los pensamientos. Nos bloquean la razón.
Se meten en nuestros corazones. Revuelven nuestros sentimientos. Los hacen aflorar. Los hacen salir al exterior. Para después dar media vuelta e irse.
Vulnerables.
Si a estas alturas nos encontramos solas, es porque seguramente tuvimos un desencanto amoroso.
Nos dejaron. Dejamos. Da igual. De una u otra forma, salimos heridas.
En mi caso particular, me dejaron. Y volví, para después dejarlo yo.
Dos relaciones diferentes. Con una misma persona. Con un mismo final.
Decepción.
No de él. Sí de mí misma. Sí de la situación.
Decepción del proyecto que no se concretó. Del príncipe azul que se transformó en sapo. Del hijo que no nació. Del futuro que nunca llegó.
Decepción.
Esa sensación de que ya pasó, y que nunca más va a volver.
Que las mariposas nunca más van a aletear. Que los fuegos artificiales no van a estallar. Que ese primer beso se va a olvidar.
Y de golpe, la vida me sorprende.
Y me encuentro a mí misma, como aquella adolescente que creí que había crecido.
Visitas telefónicas de varias horas. Ida y vuelta de mensajes, mails. Nervios previos al timbre de la puerta.
Una cena encantadora. Un noche cálida más allá del frío. Y la comodidad de una cama compartida.
Un roce. Un suspiro. Un beso. Un abrazo.
La vista. El gusto. El olfato. El oído. El tacto… Expuestos a la máxima potencia.
Y la sensación de que todo puede volver a empezar.
Vulnerable.
Acaso debe ser un calificativo negativo?
Acaso, dejarme llevar, permitirme sentir, debe indefectiblemente tener un triste final?
Puede que se vaya. Puede que se quede. Da igual.
Termino proyectando mis vivencias en la actitud del otro. Por qué?
Miedo. Ya lo sé.
Pero puedo vivir acobardada?
Puedo prohibirme sentir una y otra vez, pensando en el qué va a ser dos minutos después?
Si en definitiva, solo busco revivir las mariposas y los fuegos artificiales, no importa el nombre, no importa su cara.
Si muchas veces he de extrañar esas mariposas y esos fuegos artificiales incluso teniendo la persona querida al lado.
Si simplemente, lo que busco es ser aquella adolescente que sin pensarlo dos veces un día sintió.

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